Exfoliantes corporales

Peeling corporal

La exfoliación regular es muy importante para mantener el buen estado y la apariencia saludable de la piel. La acumulación de depósitos, especialmente de piel muerta, provoca la obstrucción de los poros, irregularidades y un color gris. Después de utilizar el peeling, el cuerpo se vuelve suave al tacto y gana frescura y luminosidad. Con una exfoliación sistemática se puede notar una mejora en la firmeza y elasticidad de la piel.

Los exfoliantes corporales más populares.

Los exfoliantes corporales suelen ser de grano grueso. Los de grano fino están destinados a pieles sensibles y, en ocasiones, también se combinan con otros cosméticos, por ejemplo, bálsamos o geles de ducha. Los más populares son los exfoliantes corporales a base de azúcar o café. Ambos ingredientes provocan la eliminación mecánica de la epidermis muerta durante el tratamiento. La cafeína contenida en el café mejora la tensión de la piel y estimula la circulación sanguínea, lo que la convierte en un fantástico ingrediente anticelulítico. El café con cáscara está molido, por lo que no supone riesgo de irritación, pero no debe ser utilizado por personas propensas a tener arañas vasculares. El azúcar, por otro lado, es un ingrediente seguro para todos porque se disuelve durante el masaje. El azúcar, al igual que la cafeína, estimula la circulación, oxigena y suaviza.

Debido a que el azúcar y el café son muy fáciles de conseguir, muchas personas preparan sus propios exfoliantes en casa. Sin embargo, conviene recordar que los cosméticos ya preparados también nos aportarán otros ingredientes que tendrán propiedades hidratantes, nutritivas y reafirmantes adicionales.

¿Cómo y cuándo usarlo?

Se debe realizar un peeling minucioso de todo el cuerpo al menos dos veces al mes. Si repites el tratamiento cada semana la piel estará más estimulada y se regenerará más rápido. Lo mejor es realizar el tratamiento al final de la ducha o baño, cuando el cuerpo esté caliente y ligeramente relajado. El producto debe aplicarse con las manos o con un guante especial, masajearse durante aproximadamente un minuto y luego enjuagarse bien. Siempre conviene utilizar un bálsamo después de la exfoliación porque así se absorben mejor los principios activos.